El frío es uno de los grandes enemigos de la salud y de la estabilidad de la piel, ya que reactiva muchos problemas de la misma como la sequedad extrema, el enrojecimiento, las asperezas, incluso reactiva enfermedades como la rosácea o la psoriasis.
Esto se debe a que la piel reduce las secreciones de sebo y la transpiración, propiciando que ésta se reseque. Al mismo tiempo, los lípidos se pierden con mayor rapidez para compensar el frío exterior y se hace muy complicado que retenga el agua. Un problema que, además, se incrementa con el uso de la calefacción, debido a que el aire seco y caliente reseca la piel. Esto compromete su estructura y su función barrera (incluso en las pieles normales que no sufren ninguna patología) dejando de cumplir una de sus tareas principales: proteger frente a las agresiones del exterior.
Por eso, es clave hacerse con productos que la protejan, la nutran y eviten su debilitamiento. Para ello os recomiendo Emulsión Filaderme, de Embryolisse, una de las firmas fetiche de las francesas, que se puede utilizar mañana y noche, y que podrás encontrar en farmacias y parafarmacias.
Este tratamiento nutritivo reparador es famoso por su eficacia sobre las pieles secas y sensibles, ya que abastece la epidermis de todos los nutrientes esenciales necesarios para su equilibrio. Al mismo tiempo la relipidan, reconstruyen el cemento intercelular y refuerzan la barrera cutánea. El aspecto rugoso, la tirantez y la descamación, desaparecen. La piel está calmada y confortable, de nuevo lisa y flexible.
Además, su fórmula contiene un 99% de ingredientes de origen natural entre los que se encuentran la manteca de karité, el escualeno, la cera de abejas, el aloe vera y proteínas de soja. ¡Muy recomendable!
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