Sin duda uno de los patos estrella durante los meses de calor es la ensalada. Sus cientos de combinaciones lo hacen un alimento sano, muy completo, fresco, rápido de preparar y apetecible a cualquier hora del día.
Con frutas, legumbres, arroz, verduras… las combinaciones son infinitas, pero si hay un ingrediente que casi nunca falta es el aceite de oliva. También conocido como el ‘oro líquido’, cuenta con numerosos beneficios para la salud. Y es que sin ir más lejos cuenta con un nivel alto de ácidos grasos, como puede ser el ácido oleico. Dicho ácido es de la serie omega 9 y tiene el poder de reducir la gran mayoría de las enfermedades de tipo cardiovascular. También protege el cerebro del deterioro cognitivo, fortalece el sistema inmunológico, retasa el envejecimiento, mejora la digestión e incluso protege los huesos, entre otras muchas propiedades.
Para que no falte un buen aceite en vuestra mesa, hoy os recomiendo tres ideales para completar vuestras ensaladas de verano con el mejor zumo de oliva.
El primero de ellos es aceite de oliva virgen extra arbequina de La Calera. Se trata de una marca que nace de la unión de 2 familias: en Córdoba se ubica la finca del mismo nombre, donde desde 2002 se cultivan naranjos y olivos, y en Haro (La Rioja) es donde se encuentra la bodega Martínez Lacuesta, fundada en el año 1895 y que hoy en día sigue en manos de la familia, liderada por la 3ª generación familiar.
Este aceite se elabora con los mejores frutos tempranos seleccionados cuidadosamente durante los primeros días de cosecha, cuando la aceituna está todavía verde. Así se consigue un aceite de alta calidad, con más de 5 de frutado.
El aceite de la variedad arbequina es un aceite equilibrado y complejo que presenta un aroma intenso de aceituna verde y hierba cortada. Además, posee matices frutales de manzana, plátano verde y la almendra verde. Es ideal para ensaladas, salteados, arroces, gazpacho, salsas… e incluso para repostería.
Una propuesta más que original es el aceite a la naranja Naturvie, un aceite extremeño muy especial que nace de la fusión del aceite de oliva y la naranja, consiguiendo un aceite de calidad premium con un ligero y sutil toque a naranja. Una combinación que nace de la antigua la costumbre de filetear una naranja de temporada y verter sobre ella un buen chorro de AOVE.
Su producción natural, sin aromatizantes químicos ni procesos de emulsionado, hacen de este exquisito aceite un complemento ideal para aromatizar los platos veraniegos más refrescantes.
Su elegante botella ha sido diseñada por Martín Berasategui. En ella se aprecia la silueta de los trazos florales del naranjo reptan por la botella. Su forma, descubierta por el equipo de investigación del chef Martín Berasategui, atiende a un concepto de conservación del aceite inmejorable: el estrechamiento en la parte inferior obliga a los posibles sedimentos a caer en el fondo del envase, sin riesgo a servirlos, mientras que la pintura blanca cubre el vidrio negro de la botella. Se protege así al AOVE, pues la toma de luz solar le resta propiedades.
No es un aceite al uso, su toque sutil a naranja lo convierte en único. Y es que la esencia de la naranja es conocida y valorada en el sector de la aromaterapia, pues tiene la capacidad de activar nuestra vitalidad aliviando el estrés, los nervios y la fatiga. Merece la pena probarlo.
Finalizo con el aceite de oliva Palacio de los Olivos, el galardonado aceite de oliva virgen extra100% natural, nº1 del mundo 2017, 2018 y 2019 como el mejor del mundo en su variedad, picual, según el prestigioso ranking mundial del AOVE(EVOOWR).
Su baja acidez y sus características de sabor y aroma son muy especiales, dada la recolección temprana de la aceituna con la que se elabora y el suelo volcánico donde crecen los olivos.
Se trata de un aceite muy frutado, con notas positivas de amargo y picante, y el aroma verde con sabor a hierba fresca, tomate, y hierbas aromáticas, con toques de almendra, plátano, manzana, kiwi, entre otros. Se presenta en esta moderna y elegante botella plana. ¿Lo habéis probado ya?
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