Si eres amante de la cocina china no puedes dejar de conocer el nuevo templo gastro asiático que abrió sus puertas en febrero de este año y promete convertirse en un auténtico foco de peregrinación para los amantes de la gastronomía hongkonesa más genuina: os hablo de Hong Kong 70. Eso sí, no hay que viajar para poder disfrutarla, porque este fantástico restaurante se encuentra en pleno centro de Madrid (C/ Toledo 28).
A diferencia de otros restaurantes chinos, los platos no se han adaptado a los gustos occidentales, por lo que podrás saborear las deliciosas propuestas de la auténtica gastronomía tradicional de Hong Kong, conocida como la capital gastronómica de Asia por su diversidad culinaria. En concreto su carta está inspirada en la comida callejera y los bulliciosos dai pai dong (puestos de comida callejera) son legendarios.
La decoración del local está inspirada en el ambiente de esta región china en la década de los años 70, de ahí el número que figura en su denominación.
Se trata de un local de dos plantas bien diferenciadas. En la primera se respira el ambiente callejero del Hong Kong de los años 70 y nada más entrar la decoración recoge numerosos guiños a la cultura oriental, tales como los taburetes rojos, las mesas cuyos tableros están formados por piezas del popular juego chino Mahjong o los periódicos que cuelgan de las paredes que simulan los reales de la época. En esta es en la que estuve cenado y sinceramente me encantó, el ambiente recrea un escenario culinario chino digno de conocer.
Más al fondo, traspasando unos llamativos cierres metálicos decorativos, la sensación de estar en plena calle es total con detalles como las réplicas de patos colgando de la cocina vista del restaurante bajo un cartel de luces de neón; las sillas y mesas metálicas como de terraza; un toldo de anchas rayas rojas, blancas y verdes (los tonos que predominan en toda la estancia); o el suelo de cemento con líneas pintadas como si de una vía urbana se tratara, por mencionar algunos.
La gastronomía, ejecutada con maestría por chefs originarios de Hong Kong, no puede ser más variada ni genuina. Las propuestas provienen del recetario cantonés tradicional y todas las recetas se elaboran a mano de forma casi artesana.
Entre los platos que probamos en la que fue mi primera visita, y desde luego que no la última, fueron los Dim sum de cangrejo y gamba con tobiko, las empanadillas de pato con foie y en su propia salsa y el won ton de cerdo y gambas con aceite picante. Unos entrantes deliciosos que nos hicieron abrir boca para la segunda parte de la cena.
Continuamos con un showcooking que daría paso al que para mí fue el plato estrella: La selección de asados compuesto por Torreznos, costillas, cerdo y pato. Absolutamente delicioso.
La judías chinas salteadas con toque picante, un plato que puede parecer sencillo, estaba realmente muy bueno.
Me encantó el nido de tallarines con verduras y pollo y las vieiras al vapor en su concha con salsa XO. El cangrejo picante es sin duda un plato singular, original y delicioso.
Los bombones de té verde dieron fin a una velada sorprendente, llena de sabores asiáticos deliciosos y un ambiente digno de conocer. Repetiré.
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