Las mascarillas son un complemento perfecto en nuestra rutina de cuidado para conseguir cambiar nuestra piel en minutos. Hidratantes, antiarrugas, detox… las posibilidades y formatos son variadas y para todos los gustos. Utilizándolas una o dos veces por semana la diferencia se nota. Así que no te pìerdas mis últimos cuatro descubrimientos en los que creo merece la pena invertir.
Si hay una mascarilla que por su presentación impresiona es la Mascarilla hidratante de loto blanco de KENZOKI, que hidrata, repulpa, y embellece la piel. Se presenta en un tarro de gel transparente y en el centro vemos una flor blanca de crema. Simplemente impresionante.
El gel contiene esencia de la planta de Loro, conocida por sus propiedades reconfortantes, y un ácido hialurónico de alto peso molecular, capaz de retener hasta 1000 veces su peso en agua.
La crema de textura aterciopelada contiene glycolisato de Loto Blanco, extraído de sus pétalos, conocidos por su poder para atrapar radicales libres, que refuerza la función barrera de la piel. Ambas, poseen la deliciosa fragancia de Loto Blanco.
¿Cómo se usa? Hay que coger una pequeña cantidad tanto del gel como de la crema y mezclarlo en la palma de la mano. Aplícala en rostro y rostro y cuello y déjala actuar entre 10 y 15 minutos. Usa un disco de algodón seco para eliminar el exceso, si fuese necesario.
Esta mascarilla facial de The Ritual of Namasté, de Rituals, contiene AHA naturales, perfectos para incrementar la renovación celular y potenciar la luminosidad de tu piel. Exfolia ligeramente la piel, proporcionando una luminosidad radiante y natural. También contiene ingredientes naturales como la flor de loto sagrado y flor de azafrán.
Su textura es inicialmente de color melocotón y se va transformando en una textura blanquecina al masajearla sobre la piel. Tras la limpieza, aplícala sobre la piel seca y realiza un suave masaje durante unos segundos (verás que se vuelve de color blanco). Deja actuar durante 10-20 minutos. Pasado ese tiempo, aplica un poco de agua y masajea nuevamente la piel. Por último, aclara con agua tibia. Puede provocar una ligera sensación de hormigueo en la piel, pero nada molesto. Lo mejor es que deja la piel súper luminosa.
La Mascarilla de agua reconstituyente, de Jowaé hidrata, rellena y calma la piel. Contiene lumifenoles antioxidantes, agua de flores de sakura, complejo hidratante de almendra dulce y linaza y glicerina vegetal. ¡Ah! y es ideal para todo tipo de pieles, especialmente las deshidratadas.
Se recomienda utilizar durante 10 minutos y retirar el exceso realizando un masaje o con un algodón.
El Peeling Oxygénant Dépolluant de Payot es más bien un gel exfoliante pero su modo de uso es más más parecido al de una mascarilla, ya que se aplica una o dos veces por semana y hay que dejarlo actuar en la piel. Os cuento.
Este gel exfoliante efervescente oxigena la piel para conseguir una sensación inmediata de “piel renovada”. Esta mascarilla rosa, fresca y fundente se transforma en una espuma blanca efervescente que se evapora sobre la piel, liberándola así de las impurezas y la contaminación que, día a día, apagan la luminosidad de la piel.
Su fórmula contiene:
1- Cocktail de ácidos frutales de limón, naranja y arándanos: actúan en simbiosis para eliminar las células muertas e impurezas. Además, restauran la frescura y luminosidad de la piel.
2- AHA de frambuesa: estimulan la renovación celular y promueven la regeneración de la
epidermis, revelando una piel pura y luminosa.
3- Flúor orgánico: se utiliza para crear la delicada espuma. Mejora la oxigenación del tejido y activa la microcirculación, de modo que la piel se desintoxica en profundidad revelando una piel suave y radiante.
¿Cómo se utiliza? De 1 a 2 veces por semana. Aplicamos una fina capa sobre la piel ligeramente húmeda, evitando la delicada área del contorno de ojos, y lo dejamos actuar durante3-5 minutos, mientras la textura se convierte en espuma. Una vez la espuma ha desaparecido, masajeamos suavemente con la yema de los dedos con movimientos circulares ascendentes, comenzando por la parte inferior del rostro. Aclaramos con abundante agua, secamos y tonificamos.
¿Un truco? Antes de aclarar la piel con agua, se recomienda masajear el exceso de producto para intensificar la acción exfoliante. A mí me ha encantado, y su aroma suave afrutado ayuda q que la experiencia sea más sensorial si cabe.
Tomo nota
ResponderEliminarBesitos