Si hay un producto que nunca falta en mi neceser veraniego desde hace casi dos décadas son los archiconocidos y fabulosos polvos Terracotta, de Guerlain, inspirados en un viaje al corazón del desierto, que vieron la luz en 1884. Con ellos conseguir buena cara en segundos es sencillísimo.
Este verano Guerlain nos sorprende con los Terracotta Light, que asocia tonos dorados combinados con colores vitaminados para realzar todos los tonos de piel. En el corazón de los polvos, un cóctel de activos contribuye a revitalizar la piel, la ayuda a protegerse de los radicales libres y la contaminación, y preserva su hidratación natural para ofrecerle un bienestar de larga duración. Son simplemente maravillosos para conseguir un tono saludable y luminoso no solo en verano, sino todo el año.
¿Cómo se aplican? Muy fácil, aplica el gesto del 3: dibuja un 3 en cada lado de la cara, de la frente a los pómulos y luego de los pómulos al mentón, para acabar descendiendo por el cuello.
Además, su aroma es delicioso: las notas de ylang ylang y flor de naranjo están acompañadas de notas de haba tonka y vainilla con soleadas facetas que encarnan la esencia de Terracotta. Finaliza con un toque de almizcles blancos aporta dulzura a esta fragancia adictiva.
Por si fuera poco, Guerlain nos sorprende con la edición limitada Terracotta Route des Îles. La polvera de madera lujosa y respetuosa con el medioambiente (aprobada por el sistema de certificación forestal PEFC) incluye un amplio espejo y un bloque de polvos bicolor: la combinación del tono superventas Terracotta 03 sutilmente irisado, que broncea de manera natural todos los tonos de piel, y un tono albaricoque con toques dorados que ilumina el bronceado.
Los tonos pueden mezclarse para dar calidez a la piel y potenciar el brillo natural del bronceado, o aplicarse por separado según la intensidad deseada. Se funden en la piel para formar un velo modulable, sedoso y tan fino que consigue un resultado impecable que se mantiene intacto durante todo el día. ¡Una joya!
Para aplicarlos me chifla Terracotta Pinceau, el accesorio perfecto para conseguir una aplicación uniforme sin dejar marcas. Es bastante compacta y con cerdas naturales de gran suavidad, que esparce los pigmentos bronceadores a la perfección sobre la tez para obtener un resultado uniforme, luminoso y fundente.
Si a una tez perfecta le añadimos un toque de color en los labios el resultado será ideal. Yo me quedo con Rouge G, la primera barra de labios con doble espejo personalizable de Guerlain (podéis ver mis iniciales grabadas en la carcasa)
Rouge G combina el color más intenso y el tratamiento más sedoso en una fórmula enriquecida con polímeros de origen vegetal y microcristales de plata con propiedades reflectantes, que sublima los labios aportándoles unos colores de larga duración, intensos y luminosos. Incluye jojoba y manteca de mango, que nutren los labios, y ácido hialurónico y la resina de guggul, que ayudan a alisar y redensificar los labios.
Su fragancia ‘floriental’ avainillada, dulce y envolvente, me encanta. Comienza con un acorde chispeante de limón, naranja y bergamota. La rosa y el lirio aportan dulzor en las notas de corazón. Y, de fondo, la vainilla y el haba Tonka aportan a Rouge G toda su intensidad.
Lo más de lo más es su doble espejo, ideal para aplicarlo en cualquier parte de una forma ultra chic. En la imagen podéis ver el tono 520 y el 77.
Y que no falten unas gotas de Passiflora Aqua Allegoria, de la que os hablé aquí, para completar un look veraniego perfecto.
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