Ya os comenté en un post reciente que la homeopatía no cura enfermedades de gravedad como por ejemplo el cáncer lo que hace es ayudar a prevenir o aliviar dolencias leves y tratar enfermedades tanto agudas como crónicas.
En el caso de las enfermedades agudas, es decir, situaciones transitorias que en un breve espacio de tiempo pueden terminar trágicamente o en recuperación, el médico homeópata selecciona el medicamento o los medicamentos homeopáticos en función a los síntomas que el paciente ha experimentado desde que su enfermedad comenzó.
En el caso de la fiebre o la tos (respuestas naturales de nuestro sistema inmunológico a infecciones y resfriados) la homeopatía trabaja junto al sistema inmunológico para ayudar de forma natural a mejorar la enfermedad, no para suprimirlos. De esta forma, en enfermedades agudas el organismo puede recuperarse más rápido y sin sufrir efectos secundarios.
Si se trata de una enfermedad crónica (aquellas que son padecidas durante toda la vida y se acentúan progresivamente) como por ejemplo el asma, la artritis o la diabetes, el médico homeópata tiene en cuenta, además de los síntomas clínicos, la constitución del paciente, su carácter, forma de ser, antecedentes patológicos… que le ayudarán a seleccionar los medicamentos homeopáticos necesarios para conseguir que mejore, ya que en este caso el tratamiento homeopático hace que los episodios repetitivos se vayan espaciando, o incluso llegue a curar la enfermedad.
En este caso es frecuente sufrir distintas dolencias a lo largo del tiempo, por una o más causas, e incluso no terminar de encontrarse bien. La homeopatía puede tratar problemas latentes con síntomas psicológicos y/o físicos y puede durar meses o años, según la intensidad y el tiempo que el paciente lleve padeciendo dichas dolencias.
Hay numerosas dolencias que pueden tratarse con la homeopatía y es interesante resaltar que, según lo que he podido leer, es muy efectiva en patologías de difícil determinación o con síntomas contradictorios o paradógicos. Además, en las infecciones de repetición (enfermedades continuas) como por ejemplo las de tipo respiratorio en niños durante el invierno (que parece que nunca terminan de curarse y recaen una y otra vez) los medicamentos homeopáticos aumentan las defensas y regulan el organismo consiguiendo que incluso deje de enfermar. Yo la verdad es que no he probado la homeopatía, pero está despertando bastante mi curiosidad.
La utilizo mucho,para los resfriados,me va genial.
ResponderEliminarHola!! Interesante port, yo tampoco la he probado nunca pero sin duda es bueno recurrir a alternativas naturales cuando nuestro organismo no responde a otros tipos de tratamientos médicos, besos!
ResponderEliminarAcabo de leer todo el post y te has informado muy bien. Como ya te dije en el anterior post, gracias a la homeopatia mi hija sanó cuando la medicina no me daba mas opcción que aguantarse y seguir asi.
ResponderEliminarQué post más interesante. Me gusta mucha saber todas estas cosas de salud.
ResponderEliminarUn besito :)
Pretty Little Lawyer