Summer wedding

Si hay una cosa que me gusta de las bodas de verano es el colorido del vestuario de las invitadas, sobre todo si es de tarde. Lo cierto es que tampoco hay que vestirse de negro en las de invierno, pero sin duda el sol y el calor animan mucho  más a jugar con los tonos claros o los más vitaminados.

Esta última opción fue la que tomé en la boda de unas de mis mejores amigas. Sin duda muy divertida y emocionante. La boda tuvo lugar por la tarde en una preciosa finca a las afueras de Madrid. Para la ocasión  opté por un vestido corto, que me resulta mucho más cómodo y juvenil que los largos.

El colorido no me puede gustar más, así que opté por ceder el protagonismo de mi look a dos tonos que juntos forman sin una combinación perfecta en la que ambos muestran todo su potencial: un rojo anaranjado combinado con un verde brillante y complementos dorados, para potenciar aún más el esplendor de esta dicotomía.

Este vestido me encanta porque ofrece muchas opciones a la hora de elegir los complementos y combinar colores. Quedaría precioso, por ejemplo, con unos zapatos en color fucsia, y un bolso amarillo; o unas sandalias doradas y un bolso azul noche… Las posibilidades de este color son muchas y con cada una de ellas el vestido, al ser tan sencillo, puede parecer distinto en cada ocasión. También quedaría espectacular con unas sandalias planas.

Como complementos elegí un bolso-joya antiguo de tela metálica de mi madre, unos pendientes de Luxenter, y una pulsera dorada con una piedra natural de Tous.

 Vestido (old); sandalias: Zara; bolso: vintage; Pulsera: Tous; pendientes: Luxenter.

El maquillaje que utilicé: base Diorskin Forever, colorete Orgasm de Nars, máscara de pestañas High impact extreme volume mascara de Clinique; Dior Addict Lip Balm 003, y lacas de uñas Iris de Dolce & Gabanna para las manos y el tono hip-anema de Essie en los pies. Las sombras son de Dior. Es una maravillosa paleta que conservo desde hace muchos años que no me puede gustar más. ¿Qué os ha parecido el look bodil?