Una película rodada en Nueva York y digida por el oscarizado Martin Scorsese para Chanel ¿No os suena a éxito seguro? Seguro que sí, por eso os voy a contar el motivo de este cóctel explosivo, que no es otro que el último perfume masculino lanzado por la maison: Le Bleu, que surge de la libertad y se condensa en ella…
El aroma que se escribe entre líneas, a la aventura, en presente. Inesperado y reconocible, es el último recién llegado, creado por Jacques Polge, que permanece fiel a las fragancias masculinas de la Casa. En esta ocasión en su estela destacan las reminiscencias de la familia de las Hespérides.
La fragancia se abre con un intenso impulso de frescor en el que destacan los aromas cítricos de naranja y limón, un arrebato luminoso y etéreo al que se añade una pizca de pomelo. Se completa con menta picante, bayas rosas y nuez moscada. Junto a una chispa de jengibre provoca al pomelo y exacerba su amargor.
El perfume toma cuerpo en el movimiento de la madera. En el centro, reina el cedro, con su presencia enérgica, su elegancia austera y su calor secreto. Entra exquisitamente anunciado por una nota de jazmín que lo acompaña con discreción, con delicadeza, y le otorga una elegancia en la que los géneros se desvanecen. Lejos de cualquier conformismo, el cedro juega sutilmente sus cartas. Al él se une un vetiver intachable.
Basta con añadir algunos toques de pachulí e incienso, con un toque de madera de sándalo para revelar un recóndito aroma de intensa sensualidad. Te conquistará.
Se presenta envuelto en azul marino casi negro, un color enigmático que Coco Chanel consideraba el otro color de la elegancia. Su frasco, con un tapón imantado, guarda el secreto de su aroma en un bloque de cristal, con reflejos de pizarra y, de pronto, en cuanto se filtra un poco de luz, aparece un cielo de tormenta reflejado en el agua.
La fragancia se abre con un intenso impulso de frescor en el que destacan los aromas cítricos de naranja y limón, un arrebato luminoso y etéreo al que se añade una pizca de pomelo. Se completa con menta picante, bayas rosas y nuez moscada. Junto a una chispa de jengibre provoca al pomelo y exacerba su amargor.
El perfume toma cuerpo en el movimiento de la madera. En el centro, reina el cedro, con su presencia enérgica, su elegancia austera y su calor secreto. Entra exquisitamente anunciado por una nota de jazmín que lo acompaña con discreción, con delicadeza, y le otorga una elegancia en la que los géneros se desvanecen. Lejos de cualquier conformismo, el cedro juega sutilmente sus cartas. Al él se une un vetiver intachable.
Basta con añadir algunos toques de pachulí e incienso, con un toque de madera de sándalo para revelar un recóndito aroma de intensa sensualidad. Te conquistará.
Se presenta envuelto en azul marino casi negro, un color enigmático que Coco Chanel consideraba el otro color de la elegancia. Su frasco, con un tapón imantado, guarda el secreto de su aroma en un bloque de cristal, con reflejos de pizarra y, de pronto, en cuanto se filtra un poco de luz, aparece un cielo de tormenta reflejado en el agua.
Una linterna mágica en la que cada uno puede contemplar sus propias imágenes. El maravilloso espejo de un perfume hecho de elegancia y libertad. ¿El film? Muy pronto aquí, acompañado de otras sorpresas, mientras tanto os dejo algunas imágenes del making off y de la película ¡Estad atent@s!
muchas gracias por la info. tiene buena pinta. saludos desde InforMODAte
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