El día 18 de febrero dio el pistoletazo de salida la 51ª edición de Cibeles Madrid Fashion Week en la que se mostraron todas las tendencias de los diseñadores más importantes del panorama de la moda española. El punto de partida comenzó con El Ego, la pasarela de jóvenes diseñadores. En ella, diez promesas de la moda española nos mostraron sus propuestas para la próxima temporada otoño/invierno 2010-2011. Por primera vez la pasarela madrileña les dedica un día entero a ellos, los diseñadores más creativos, arriesgados e innovadores.
La primera en mostrar sus propuestas fue Sara Coleman. Con una paleta de colores muy definida (como en anteriores ediciones) en negro, gris, lila y azul tinta con sutiles pinceladas en beige, ha sorprendido con sus propuestas en las que destacan los tejidos sin costuras y un patronaje limpio e impecable inspirado en ‘el agujero’, que ha sido el hilo conductor de toda la colección. Podemos verlos en muchas de sus prendas adaptados hacia dentro, hacía fuera… aportando gran movimiento a cada pieza. Un juego de laberintos de agujeros tridimensionales adaptados perfectamente a la silueta femenina que aportan volumen, fuerza y funcionalidad (dentro de la experimentación que esta diseñadora gallega siempre aporta a sus colecciones) a cada pieza. Sorprendieron también las piezas inspiradas en la papiroflexia realizadas con tiras de lana.
Belén Barbero, o lo que es lo mismo Beba’s Closet, se ha estrenado en El Ego con su colección prêt-a-couture bautizada como Carte de tendre. La muestra está inspirada en los años veinte, pero con un toque romántico, y está formada por piezas de inspiración lencera. Colores empolvados, verde agua, rosa palo, grises, azules o tonos maquillaje tiñen estos exquisitos diseños. Hay que destacar que algunos de los diseños son piezas únicas con detalles antiguos, bordados artesanales y tejidos vintage. Gasas, organzas, terciopelos y o el crepe terminan por rematar una colección que nos transporta a los ateliers de principios de siglo y a la magia de la costura del pasado.
La mallorquina Cati Serrà presentó su colección WE en la que predominó el color negro, el camel y los estampados florales. Una propuesta original, en la que incluyó leggins para hombre y prendas extralarge de corte unisex. Además, deja un hueco para la experimentación, con leggins a base de tiras de cuero, apliques de hombreras de lana en jerséis o prendas oversized de punto con aplicaciones circulares.
Georgina Ordinas se ha inspirado para el diseño de su colección Rrose Sélavy en el creador dadaísta Marcel Duchamp, que utilizaba este nombre como uno de sus seudónimos. Una colección dominada por el negro total en la que destaca un patronaje exquisito. Destacan los diseños de líneas puras y clásicas de aire masculino que se mezclan con volúmenes geométricos y muy lineales, que desdibujan la silueta femenina, y hombreras muy marcadas.
La sevillana Anjara presentó su colección Attitude en la que la que domina el negro, el azul tinta, los grises, marrones y un granate profundo que conforman esta muestra de creatividad, en la que las superposiciones juegan un papel crucial. Destaca la simbiosis entre el pelo natural y el cashmere que se conjugan con la seda en drapeados y maxivestidos. También tuvieron un espacio prendas mas comerciales y variadas: faldas, vestidos, camisetas, pantalones…enriquecidos por la combinación de tejidos o pequeños detalles, como las tachuelas y diversos complementos: cinturones, bufandas…
Del dúo gaditano Solitas destacó la reinvención del diseño del trench, de corte romántico, favorecedor y en varias versiones, que contrastaban con una colección colorista y con estampados retro, motivos animales y geométricos. Una inusual paleta invernal y una auténtica explosión de color.
La gallega Isabel Mastache puso la nota colorista y teatral que en la edición pasada nos regaló Amai Rodríguez, que ganó el Premio L'Oreal al Mejor Diseñador Joven (creo que todo el mundo la recordó en el desfile). Voces Búlgaras se quedó a medio camino para conseguir lo que Amaia el pasado septiembre. Una colección sin un hilo conductor claro y con ganas de acaparar flashes.
La muestra del diseñador sevillano Carlos Doblas era sin duda una de las más esperadas en esta nueva edición de El Ego, y no decepcionó. Una pasarela cargada de tonos flúor: naranja, verde, amarillo, azul eléctrico, color maquillaje y negro que tiñeron lanas elásticas, pelo artificial, mohair, y plástico. Una colección plagada de inteligentes incoherencias: pantalones pitillo y campana, mangas largas y cortas o culottes y minifaldas en invierno. Destacaron las asimetrías en faldas bicolor, los trajes masculinos de mohair y el mix de tejidos antagónicos que se mostraron en perfecta armonía. Una propuesta muy arriesgada, y muy acertada.
A ritmo de mitos del heavy como Gun's and Roses, AC/DC, Iron Maiden o Kiss, Maya Hansen deslumbró con un desfile impactante. Sus diseños, en los que la maestría de la diseñadora madrileña con su prenda fetiche: el corsé, se hizo más que evidente, están inspirados en la iconografía y en los símbolos del heavy metal, que se fusionaron a la perfección con elementos clave del burlesque, como las plumas, los encajes o los lazos. Con un patronaje sublime, acabados perfectos y diseños absolutamente espectaculares, sorprendió, sin embargo, entre la un gran número de periodistas asistentes que el Premio a la Mejor Colección de El Ego no recayese en su acertadísima muestra y su sensacional espectáculo.
El Premio L´Oréal a la Mejor Colección de El Ego fue para el dúo formado por los diseñadores Natalia Pérez y Jorge Bolado Moo, o lo que es lo mismo American Pérez, muy controvertido ya que se otorgó antes del desfile. Presentaronsus propuestas bajo el eslogan A Woody Place, que toma como punto de partida la cultura del universo rural norteamericano. Así, se mezcla la estética de la sensualidad adolescente de las cheerleaders con el encanto de las camareras del Diner del pueblo. Siluetas inspiradas en los años 50 se combinan con prendas más rectas y masculinas. Los cuadros vichy, las organzas y el crepe de seda completan la estética girlie que recrea la colección. El pintor Edward Hopper inspira la paleta cromática de esta colección dominada por los tonos mostazas, el azul cielo, los castaños, el rosa palo, el rojo cereza y el beige, aportándole un toque romántico, preppy y aniñado.
Hermosos colores, atrevidos diseños, que mas?
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