La sofisticación y opoluencia de los perfumes invernales abren paso a las refescantes versiones Eau de Toilette, Eau de Cologne y Eau Fraiche que reinan en la época estival. Para ello los condes d’Ornano, Hubert e Isabelle d’Ornano, han lanzado una corta pero espectacular colección de tres fragancias que encarnan la simplicidad de una sencilla numeración unida a nuevas armonías repartidas en tres facetas distintas. Están dotadas de un espíritu chispeante, oscilando entre instantes de vivacidad e impulsos de suavidad con la sofisticación de los perfumes chipre y, cada una de ellas, representa su propia personalidad.
Eau de Sisley 1: Floral, dinámica y femenina
Es un vestido de sol, misterioso como un jardín de verano gracias a sus notas de salida, estimulantes dinámicas y vivas como la mandarina verde, el pomelo, las bayas rosadas y ensalzado con un toque de especias. Sus fluidas notas de corazón combinan el jazmín acuático, puro y delicado, con el té verde, de esencia olorosa, unido a las bayas de enebro, que aportan un frescor con pinceladas amargas, que descansan sobre sus notas de fondo de pachulí y almizcles. Un aroma sensual, alegre y enérgico.
Eau de Sisley 2: Chispeante y Transparente
Esta reencarnado en un vestido de flores blancas con toques de notas verdes. Sus notas de salida son muy frescas y con efecto de savia, con las que se armonizan especias suaves de cardamono y Bergamota con el toque sorprendente de la albahaca. Su corazón floral y transparente, está compuestas con materias nobles como el lirio de agua, el jazmín de Egipto, al ciclamen y a la rosa, que reposan en la perfecta combinación del chipre con el agua. La asociación de notas de sol con la sensualidad del pachulí y el vetiver y la elegancia de maderas preciosas como el cedro y el sándalo coronan la delicadeza y luminosidad de esta moderna fragancia delicada, serena y natural.
Eau de Sisley 3: Sorprendentemente Adictiva
Transformado en un vestido escotado con destellos rojos rubí, este aroma conquista por sus notas cítricas estimulantes. Una armonía obtenida por la sutil sucesión de notas frescas: esencia preciosa de bergamota, esencia chispeante de mandarina, esencia amarga de pomelo y esencia acidulada de limón. Se sumerge con ligereza y elegancia en un corazón exótico y sensual de jengibre púrpura, con pinceladas de la flor china de osmanto con matices de melocotón y albaricoque. Como colofón, unas notas de fondo con clase y fuerza de la mano de los pachulís y el vetiver, la suavidad del benjuí, de la vainilla y del almizcle confirma su elegancia traviesa y desprendida, de carácter caprichoso e inesperado.
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